Este gen estaría relacionado con el nivel de satisfacción y felicidad de las personas, el cual ayuda a las células nerviosas a reciclar serotonina, una sustancia química ubicada en el cerebro que está vinculada con el estado de ánimo de la gente.

Interesante considerar que, en un análisis de los genes de unas 2.500 personas, se descubrió que existen dos versiones de ese gen, uno llamado corto, y otro llamado largo. Luego, los que heredan la versión corta, serían menos felices que, aquellos que heredan la versión larga.

Estos  hallazgos ayudan a explicar por qué algunas personas tienden a ser más felices que otras y por qué el material genético determina de manera significativa el nivel de felicidad de las personas.

Tenemos el gen de la alegría que también nos impulsa para cambiar, para levantarnos, para tomar las mejores decisiones y para aprender de los errores. Ese gen que nos contagia, que posibilita que las neuronas hablen entre sí y que regula y transmite mensajes emocionales, nos activa y facilita el cambio.